Y me caso en ti
como fantasma y alma desnuda obteniendo con tus ojos narcisos
una cinta de costumbre desintegrada
perdiéndome en el aroma que rocían tus astucias
de la muerte de la Ada.
Ada no es un nombre
ni un personaje
pero se deja tomar
como cada uno de nosotros;
es unisex en este título
que nominamos para explicar
cualquier inoportuna presencia
de los vinos líquidos de sus parpados.
Sin saber quien le escribe
ni quien la nombra o lo nombra
se besa con aros de importancia
y emancipación
para no caer en los asquerosos huecos
de la oscura penumbra
donde ha tenido que enterrar la soledad
que en ocasiones ha sido asesinada
con la intensa potencia del mercurio
que oxigena a diario sus pulmones
<< Oh diario de mis ojos califica la modulación de estas palabras y encuentra la verdadera razón de no dejarlas peregrinar en ojos sucios de carencias y síndromes de idiotez...>>
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